La bioimpresión: INICIO DE LA MEDICINA PERSONALIZADA.

La bioimpresión: INICIO DE LA MEDICINA PERSONALIZADA.

La bioimpresión significa tener instrumentos para ofrecer soluciones adaptadas a cada paciente en lugar de adaptar al paciente a la solución. Es una técnica que aprovecha los beneficios que tiene la impresión 3D – como puede ser la libertad de diseño, el poder trabajar con los pequeños detalles o hacer geometrías que con otras tecnologías no se podrían conseguir– para recrear tejido vivo e incluso el día de mañana órganos completos.

Por eso es necesario empezar por distinguir entre impresión 3D y bioimpresión. El informe de La Roche para la primera dice que es una técnica de fabricación por adición mediante la aplicación capa por capa de un material (resinas, polímeros, materiales cerámicos). Mientras que la segunda es dar un paso más allá, se obtienen estructuras tridimensionales mediante la incorporación de materiales biológicos, bioquímicos y células vivas. Su objetivo principal es la fabricación de estructuras humanas complejas en 3D con propiedades biológicas y mecánicas que permitan restaurar la función de un tejido o un órgano. Su uso a gran escala modificará la forma de abordar las diversas patologías existentes.

En ese sentido ya en 2010 la Universidad de Granada creaba el primer órgano bioartificial de España, en el mismo mes que el Hospital Gregorio de Marañón en Madrid desarrollaba la primera fábrica de órganos bioartificiales del mundo. Así el director del equipo de investigación, el profesor Antonio Campos, comenta que empezaron en 2004 con tejidos artificiales de córneas. Crearon un modelo a través de un proceso de descelularización, que consistió en extraer las células a una córnea de cerdo, dejando el andamio del órgano, e incorporando células humanas.

También han fabricado modelos de piel artificial, nervios periféricos y paladar artificial. «Ahora estamos intentando desarrollar piel artificial que incluyan en su interior antibióticos, para obtener los mejores resultados frente a las contaminaciones bacterianas que se pueden producir durante los injertos», comenta Campos.

Señala que también usan otros productos procedentes de compuestos orgánicos de la naturaleza, como las algas, con el fin de construir fundamentalmente en el laboratorio tejidos que puedan sustituir a los tejidos lesionados. «Siempre digo que la humanidad ha estado curando de cuatro formas, con la química de las plantas hasta los fármacos de diseño que se hacen en este momento, también ha curado con la física, con el frío y el calor hasta las radiaciones que se usan en las terapias oncológicas. Ha usado la cirugía y ha intentado sanar con la palabra mediante la psiquiatría. Ahora se cura con células y con tejidos artificiales, lo que es una nueva forma de terapéutica».

A ello se une que hoy en día los tejidos artificiales creados por ingeniería tisular y las células que producen una acción terapéutica son considerados medicamentos, por tanto tienen que pasar la aprobación de la Agencia Española de Medicamentos siguiendo las directrices europeas. Y desde que empezaron, Campos considera que ha habido un crecimiento extraordinario unido al espaldarazo de la bioimpresión, generándose ideas y aplicaciones en áreas distintas que trabajan mano a mano, pasando por los que investigan con tejidos, los de ciencias de materiales o inmunología. Estima que los próximos retos en este campo serán desarrollar unos modelos de evaluación y control específico para estos productos, y asegurar la prestación de los servicios que puedan mejorarse con la bioimpresión y la generación de órganos bioartificiales en los sistemas públicos.

Apuesta pionera

Una de las empresas pioneras que se abrió camino en este campo es Regemat 3D, con sede en Granada, creada por el ingeniero y doctorado en biomedicina José Manuel Baena. Su interés por el área sanitaria empezó cuando estudiaba ingeniería industrial en Valencia, y en 2006 le llamó la atención desarrollar la bioingeniería en el ámbito sanitario, por aquel entonces era un campo emergente. Un problema de salud de sus abuelos le llevó a comprender que todos seremos en el futuro usuarios de dispositivos médicos.

En el año 2010 fundó Breca Heatlh Care y en 2011 se reunió con un investigador de Granada, Juan Antonio Marchal, que estaba trabajando con células madre para regenerar cartílago. Este investigador le comentó que las células se mueren si no las pones en una estructura tridimensional,  pero se preguntaba si en lugar de imprimir en titanio podría desarrollarse una máquina para imprimir biomateriales. Baena se integró en su grupo de investigación, y en 2015 creó Regemat 3D.

El valenciano Baena señala que mientras que Breca Health Care fabrica prótesis e implantes a medida, básicamente en titanio con una impresión 3D para reconstruir una lesión. Regemat 3D lo que hace es desarrollar una tecnología de biofabricación, no para recuperar la lesión, sino para regenerar la lesión. La solución que ofrecen es complementaria, una es el presente y otra es el futuro.

La impresión 3D en el año 2008 creó muchas expectativas, luego vino una caída en el año 2012, pero cuando esas expectativas generen retorno se volverá a producir un gran interés. Bajo esa lógica Baena calcula que la bioimpresión dentro de 3 años empezará a despuntar. Con la pandemia se ha empezado a dar más importancia a todo el sector biotecnológico. Baena establece sobre los cambios: «En estos años hemos visto el paso de lo real a lo virtual, la impresión 3D es lo contrario es el paso de lo virtual a lo real».

Explica que con la bioimpresión hemos conseguido aprender más rápido como se comporta  la célula en un ambiente similar al ambiente in vivo. En ese sentido experimentar con modelos de animales tienen una problemática, además de ética, que reside en que envejecen de forma muy diferente al ser humano. «En nuestro país  dentro de unos años los problemas van a ser los derivados del envejecimiento, con lo que el modelo animal no va a resultar tan útil».

Regemat fue de las primeras empresas que fabricaba bioimpresoras. El año pasado con la pandemia montaron un laboratorio de investigación dentro de la empresa. Y actualmente trabajan con 28 países. A día de hoy están a un millón de euros de facturación y esperan tener un crecimiento del 60%.

A nivel interno sus productos estrella son hueso y cartílago, y a largo plazo intentarán regenerar la médula espinal para pacientes con lesiones de médula. Un caso mediático en el que intervinieron fue el de Sidney. Usaron sus bioimpresoras para regenerar tejido cardíaco necrosado por infarto. Imprimieron un parche sobre el que se inyectaron células madre del propio paciente. Recuperando el tejido necrosado tras un infarto.

El año pasado decidieron hacer una ronda de crowdfundingEste año se va a hacer otra ronda para seguir ampliando la red comercial y sacar otro nuevo producto. La empresa española fue la segunda del mundo que sacó su software de bioimpresion. Baena, el CEO de Regemat considera que los grupos más grandes todavía no se han metido en la bioimpresión, pero lo harán en el futuro. No obstante, señala que falta financiación pública y se necesita un rediseño de las políticas de inversión en biotech».

Pulmones del futuro

En la Universidad de Barcelona, el grupo al que pertenece Jordi Otero se dedica principalmente a la ingeniería de tejidos para la medicina regenerativa. «Históricamente nos hemos dedicado a las enfermedades respiratorias. Hemos trabajado en la bioimpresión y en la investigación de biomateriales para aplicaciones de pulmón», afirma.

El investigador detalla que trabajan con pulmones de cerdo, a los que les quitan todas las células y se pulverizan y acaban teniendo pulmón de cerdo en polvo, y con ello mediante diversos procesos químicos se fabrican hidrogeles que es con lo que se puede bioimprimir. También usan la descelularización, se quitan todas las células y cultivan otras, manteniendo la estructura del pulmón. Eso ya se ha probado en animales pequeños, en ratas, y en animales grandes como cerdos. El problema está en que para reconstruir un pulmón los alvéolos son muy pequeños y la resolución de las impresoras no es suficiente. La técnica más avanzada se publicó hace un año en `Science´ usando material sintético, se logró hacer una estructura de un alveólo con capilares alrededor.

Llevan cinco años con el proyecto y colaboran con la Universidad de Vermont en USA, con el grupo del profesor Daniel Weiss. «El que haya una empresa de bioimpresión a un precio asequible permite un mayor desarrollo y presencia en hospitales públicos, y en el sector privado veremos que la impresión 3D en odontología evolucionará a la bioimpresión», comenta Otero.

Cualquier órgano tiene miles de proteínas diferentes, conseguir mimetizar eso con un material sintetizado es muy complicado. La ventaja de la bioimpresión es que podemos hacer muchas réplicas porque tenemos automatizado el proceso, esto permite sacar mejores conclusiones. Otero explica: «Nosotros tenemos variabilidad en los experimentos porque los corazones son distintos de un cerdo a otro. Estamos dando pequeños pasos, pero todavía queda un largo camino. Un pulmón no es solo replicar la estructura hay que vascularizarlo e inervarlo».

Los primeros pasos

De primeros pasos sabe Abax Innovation Technologies, una pequeña empresa madrileña que nació hace seis años, y que se dedica a la impresión en 3D en diversos sectores, y recientemente está iniciando su inmersión en bioimpresión, porque va en el espíritu de la empresa no perder ninguna oportunidad de innovar. En cuanto a biomedicina Abax están trabajando con la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI). , directora comercial de la empresa detalla que en junio alcanzaron récord de ventas y que están creciendo a dos dígitos.

Se tienen que completar los ensayos clínicos, dejar todo definido para saber si se ha conseguido el objetivo, El fundador de la empresa, Salvador Peso García, matiza: «Estamos en investigación y generación de organoides, que son una fase previa, son unas estructuras más pequeñas que un órgano e intentan imitar las funciones de órganos más grandes, y sobre eso se hace experimentación».

En cuanto a su servicio de impresión en 3D en el tema sanitario se apoya en tres verticales: la primera es la generación de biomodelos, es decir a partir de imágenes médicas que se pueden obtener por ejemplo de una resonancia magnética. Las convierten en un archivo 3D, ese archivo se imprime y se le da al sanitario para que pueda abordar una planificación de la operación. Peso García detalla: «En un caso quirúrgicamente complicado que requiere una planificación superior esto aporta un grado extra de seguridad, menor estrés para el médico y menor riesgo para el paciente», porque si eres capaz de simular una operación previamente, el tiempo de quirófano se ve reducido, al igual que el tiempo que está anestesiado el paciente.

La segunda vertical es la utilidad de la impresión 3D como simulador de entrenamiento para estudiantes de medicina, en lugar de un maniquí que sea estándar se puede hacer uno con escoliosis o sobrepeso para tener en cuenta la variabilidad de perfiles existentes. Asimismo para la formación resulta útil tener piezas tridimensionales, para conocer volumétricamente lo que uno está estudiando. Y luego, en tercer lugar está el I+D, encuentras que al introducir tecnología en proyectos sanitarios aparecen nuevas aplicaciones sugeridas por los expertos en las distintas áreas médicas.

También están trabajando con gente que está haciendo nuevos materiales en las Rozas, relacionados con el grafeno y los nanomateriales. Begoña Hernández señala en relación a la bioimpresión:«Es una industria incipiente, pero fascinante», .

Fuente: https://www.abc.es/economia/abci-bioimpresion-comienza-construir-cimientos-medicina-personalizada-202107110118_noticia.html

 

Array de electrodos flexibles para colocarse en el cerebro.

Array de electrodos flexibles para colocarse en el cerebro.

Ingenieros han inventado una avanzada interfaz cerebro-ordenador en la cual la parte que debe estar en contacto con el cerebro es flexible. Gracias a ello, puede amoldarse mejor al relieve curvo y complejo de la superficie del cerebro y distribuir más uniformemente las microagujas que desempeñan la función de electrodos y que deben penetrar un poco en la corteza cerebral.  Esa flexibilidad puede además reducir la irritación del tejido cerebral que está en contacto con ese extremo de la interfaz. Las microagujas, que son 10 veces más finas que el grosor de un cabello humano y que sobresalen de la cinta flexible justo lo necesario, penetran a través de la superficie del cerebro sin agujerear las vénulas de la superficie o cercanas a ella. Una vez posicionadas, registran las señales de las células nerviosas cercanas de manera uniforme y en una amplia zona de la corteza cerebral. Todo esto mejorará enormemente la resolución en la captación de señales provenientes del cerebro. El equipo de Shadi Dayeh, de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, ha probado en roedores esta nueva interfaz cerebro-ordenador.

Esta nueva interfaz iguala en algunas prestaciones y supera en otras al conjunto de electrodos intracorticales de Utah (o «Utah Array»), que es la interfaz cerebro-ordenador con electrodos de aguja empleada comúnmente. Se ha demostrado que el Utah Array ayuda a recobrar parte de sus capacidades a personas que han sufrido un derrame cerebral o tienen lesiones medulares. Las personas con esta interfaz clásica implantada son capaces de utilizar sus pensamientos para controlar miembros robóticos y otros dispositivos con el fin de restablecer algunas actividades cotidianas como por ejemplo asir objetos y desplazarlos de un punto a otro.

La parte de la interfaz que está en contacto con el cerebro es flexible, conformable al relieve de cada punto y reconfigurable, mientras que la parte equivalente de la interfaz de Utah es dura y rígida. La flexibilidad y conformabilidad de la nueva interfaz favorece un contacto más estrecho entre el cerebro y los electrodos, lo que permite registrar mejor y más uniformemente las señales de la actividad cerebral. Trabajando con roedores como especie modelo, los investigadores han demostrado que los registros de banda ancha son estables y recogen señales robustas durante el tiempo transcurrido desde la implantación de la interfaz, que alcanzó 196 días.

Además, la nueva interfaz permite superficies de detección más grandes, lo que significa que se puede monitorizar simultáneamente un área significativamente mayor de la superficie cerebral.En los experimentos realizados, los investigadores han conseguido insertar 1.024 microagujas (electrodos) y que estas registren con éxito señales desencadenadas por estímulos precisos en el cerebro de las ratas. Esto representa diez veces más microagujas y diez veces más área de cobertura cerebral, en comparación con las tecnologías convencionales. La parte de la nueva interfaz que está en contacto con el cerebro es transparente, además de ser más delgada y ligera que la de las interfaces tradicionales. Gracias a su transparencia, la interfaz facilita la fotoestimulación optogenética al mismo tiempo que capta las señales eléctricas mediante las microagujas. Dayeh y sus colegas exponen los detalles técnicos de la nueva interfaz en la revista académica Advanced Functional Materials, bajo el título “Scalable Thousand Channel Penetrating Microneedle Arrays on Flex for Multimodal and Large Area Coverage BrainMachine Interfaces”.

 

https://noticiasdelaciencia.com/art/43870/interfaz-flexible-para-conectar-el-cerebro-humano-con-un-ordenador

 

Científicos crean piel humana viva para robots humanoides.

Científicos crean piel humana viva para robots humanoides.

Piel humana viva creada para los robots por científicos japoneses no sólo ha dado a un dedo robótico una textura parecida a la de la piel, sino también funciones de repelencia al agua y autocuración.

«El dedo tiene un aspecto ligeramente ‘sudoroso’ nada más salir del medio de cultivo –explicó el primer autor, Shoji Takeuchi, profesor de la Universidad de Tokio (Japón), que ha publicado el avance en la revista «Matter». Dado que el dedo es accionado por un motor eléctrico, también es interesante escuchar los chasquidos del motor en armonía con un dedo que parece real».

Tener un aspecto «real» como el de un humano es una de las principales prioridades de los robots humanoides, a los que a menudo se les encomienda la tarea de interactuar con los humanos en los sectores de la sanidad y los servicios, porque una apariencia similar a la humana puede mejorar la eficacia de la comunicación y evocar simpatía.

Aunque la piel de silicona que se fabrica actualmente para los robots puede imitar la apariencia humana, se queda corta cuando se trata de texturas delicadas como las arrugas y carece de funciones específicas de la piel. Los intentos de fabricar láminas de piel viva para cubrir a los robots también han tenido un éxito limitado, ya que es difícil adaptarlas a objetos dinámicos con superficies irregulares.

«Con ese método, hay que contar con las manos de un artesano experto que pueda cortar y adaptar las láminas de piel –explica Takeuchi–. Para cubrir eficazmente las superficies con células de piel, establecimos un método de moldeado de tejidos para moldear directamente el tejido de la piel alrededor del robot, lo que dio como resultado una cobertura de piel sin fisuras en un dedo robótico».

Para elaborar la piel, el equipo sumergió primero el dedo robótico en un cilindro lleno de una solución de colágeno y fibroblastos dérmicos humanos, los dos componentes principales que forman los tejidos conectivos de la piel.

Takeuchi afirma que el éxito del estudio radica en la tendencia natural a la contracción de esta mezcla de colágeno y fibroblastos, que se encogió y se ajustó al dedo.

Como si se tratara de una imprimación, esta capa proporcionó una base uniforme para que se adhiriera la siguiente capa de células, los queratinocitos epidérmicos humanos. Estas células constituyen el 90% de la capa más externa de la piel, lo que confiere al robot una textura similar a la de la piel y propiedades de barrera para retener la humedad.

La piel creada tenía la suficiente resistencia y elasticidad para soportar los movimientos dinámicos del dedo robótico al curvarse y estirarse. La capa más externa era lo suficientemente gruesa como para poder levantarla con unas pinzas y repelía el agua, lo que ofrece varias ventajas a la hora de realizar tareas específicas como la manipulación de espuma de poliestireno diminuta cargada electrostáticamente, un material que suele utilizarse en los envases.

Cuando se hería, la piel fabricada podía incluso autocurarse como la de los humanos con la ayuda de un vendaje de colágeno, que se transformaba gradualmente en la piel y soportaba repetidos movimientos de las articulaciones.

«Nos sorprende lo bien que se adapta el tejido de la piel a la superficie del robot –reconoce Takeuchi–. Pero este trabajo es sólo el primer paso hacia la creación de robots cubiertos de piel viva».

La piel desarrollada es mucho más débil que la natural y no puede sobrevivir mucho tiempo sin un suministro constante de nutrientes y eliminación de residuos. Así que ahora Takeuchi y su equipo planean resolver esos problemas e incorporar estructuras funcionales más sofisticadas dentro de la piel, como neuronas sensoriales, folículos pilosos, uñas y glándulas sudoríparas.

«Creo que la piel viva es la solución definitiva para dar a los robots el aspecto y el tacto de los seres vivos, ya que es exactamente el mismo material que recubre los cuerpos de los animales», resaltó Takeuchi.

https://www.eluniversal.com.mx/ciencia-y-salud/cientificos-crean-piel-humana-viva-para-robots-humanoides

Ingenieros desarrollan «cinta adhesiva» quirúrgica como alternativa a las suturas

Ingenieros desarrollan «cinta adhesiva» quirúrgica como alternativa a las suturas

Los ingenieros del MIT ahora han desarrollado un tipo de cinta adhesiva quirúrgica: un parche adhesivo fuerte, flexible y biocompatible que se puede aplicar fácil y rápidamente a tejidos y órganos biológicos para ayudar a sellar desgarros y heridas.

Al igual que la cinta adhesiva, el parche nuevo es pegajoso por un lado y suave por el otro. En su formulación actual, el adhesivo está destinado a sellar defectos en el tracto gastrointestinal, que los ingenieros describen como el conducto biológico del propio cuerpo.

En numerosos experimentos, el equipo ha demostrado que el parche puede adherirse rápidamente a grandes desgarros y pinchazos en el colon, el estómago y los intestinos de varios modelos animales. El adhesivo se adhiere fuertemente a los tejidos en varios segundos y se mantiene durante más de un mes. También es flexible, capaz de expandirse y contraerse con un órgano en funcionamiento mientras sana. Una vez que una lesión se cura por completo, el parche se degrada gradualmente sin causar inflamación ni adherirse a los tejidos circundantes.

El equipo prevé que el parche adhesivo quirúrgico algún día podría almacenarse en los quirófanos y usarse como una alternativa o refuerzo rápido y seguro a las suturas cosidas a mano para reparar fugas y desgarros en el intestino y otros tejidos biológicos.

“Creemos que esta cinta quirúrgica es una buena base tecnológica para convertirla en un producto listo para usar”, dice Hyunwoo Yuk, científico investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT. “Los cirujanos podrían usarlo como usan cinta adhesiva en el mundo no quirúrgico. No necesita ninguna preparación ni paso previo. Solo sácalo, ábrelo y úsalo”.

Yuk, el codirector y coautor correspondiente del estudio, y sus colegas publicaron sus resultados hoy en la revista Science Translational Medicine. Otros coautores incluyen al postdoctorado del MIT y autor principal Jingjing Wu; el supervisor del proyecto y coautor correspondiente Xuanhe Zhao, profesor de ingeniería mecánica y de ingeniería civil y ambiental en el MIT; y colaboradores de la Clínica Mayo y la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur.

Un instinto visceral

La nueva cinta adhesiva quirúrgica se basa en el diseño del equipo de 2019 para una cinta de doble cara. Esa primera iteración comprendía una sola capa que era pegajosa en ambos lados y estaba diseñada para unir dos superficies húmedas.

El adhesivo estaba hecho de ácido poliacrílico, un material absorbente que se encuentra en los pañales, que comienza seco y absorbe la humedad cuando entra en contacto con una superficie o un pañuelo húmedo, adhiriéndose temporalmente al tejido en el proceso. Los investigadores mezclaron en el material ésteres NHS, compuestos químicos que pueden unirse a proteínas en el tejido para formar enlaces más fuertes. Finalmente, reforzaron el adhesivo con gelatina o quitosano, ingredientes naturales que mantuvieron la forma de la cinta.

Los investigadores encontraron que la cinta de doble cara unía fuertemente diferentes tejidos. Pero al consultar con los cirujanos, se dieron cuenta de que una versión de un solo lado podría tener un impacto más práctico.

“En situaciones prácticas, no es común tener que unir dos tejidos; los órganos deben estar separados entre sí”, dice Wu. “Una sugerencia fue usar este elemento pegajoso para reparar fugas y defectos en el intestino”.

Misma cinta, nuevos trucos

Los investigadores primero ajustaron su receta adhesiva, reemplazando la gelatina y el quitosano con un hidrogel de mayor duración, en este caso, alcohol polivinílico. Este intercambio mantuvo el adhesivo físicamente estable durante más de un mes, el tiempo suficiente para curar una lesión intestinal típica. También agregaron una segunda capa superior no pegajosa para evitar que el parche se adhiera al tejido circundante. Esta capa se fabricó con un poliuretano biodegradable que tiene aproximadamente el mismo estiramiento y rigidez que el tejido intestinal natural.

“No queremos que el parche sea más débil que el tejido porque, de lo contrario, correría el riesgo de reventar”, dice Yuk. «Tampoco queremos que sea más rígido porque restringiría el movimiento peristáltico en las vísceras que es esencial para la digestión».

En las pruebas iniciales, el parche se adhirió a los tejidos, pero también se hinchó, tal como lo haría un pañal a base de hidrogel completamente mojado. Esta hinchazón estiró la cinta y el desgarro subyacente que pretendía sellar.

Luego, el equipo llevó a cabo experimentos para probar las propiedades y el rendimiento del parche. Cuando el parche se colocó en un cultivo con células epiteliales humanas, las células continuaron creciendo, lo que demuestra que el parche es biocompatible. Cuando se implantó bajo la piel de ratas, el parche se biodegradó después de aproximadamente 12 semanas, sin efectos tóxicos.

Finalmente, el equipo aplicó el parche sobre defectos de colon en cerdos y observó que los animales continuaban alimentándose normalmente, sin fiebre, letargo u otros efectos adversos para la salud. Después de cuatro semanas, los defectos se curaron por completo, sin signos de fugas secundarias.

Referencia:

  • https://news.mit.edu/2022/surgical-tape-bioadhesive-sutures-0202
Patenta mexicano dispositivo que transforma orina en combustible

Patenta mexicano dispositivo que transforma orina en combustible

En promedio, cada ser humano saludable genera por día 1.4 litros de orina, compuesto por el que el cuerpo segrega sustancias de desecho. A fin de dar aprovechamiento a la excreción, el doctor Gabriel Luna Sandoval, investigador de la Universidad Estatal de Sonora (UES), experimentó con el líquido en una celda de la que habitualmente se obtiene hidrógeno del agua, y tras varias adecuaciones logró que el dispositivo produjera biocombustible para abastecer estufas de uso doméstico y energía eléctrica.

El logro le significó al científico radicado en San Luis Río Colorado una patente y el interés de producirlo industrialmente por parte de empresarios mexicanos y extranjeros.

El ingeniero mecánico del Instituto Politécnico Nacional y quien realizó su estancia doctoral en Energías Renovables para Aplicaciones Espaciales, por la Universidad Politécnica de Cataluña en Barcelona, explica que de cinco mililitros de orina se genera un litro de biogás, de manera que una familia de tres personas puede producir a través de la orina el hidrógeno necesario para usarlo como combustible una semana.

Para la obtención de hidrógeno se emplea el procedimiento electroquímico de electrólisis, en el que la celda, de 20 centímetros cuadrados, recibe la orina y mediante dos electrodos se hacen pasar 12 volts de energía fotovoltaica, es decir, proviene del Sol y es almacenada en una batería para el momento en que se requiera ser utilizada. De esta forma, de la orina se obtiene una molécula de la urea y una más de agua, de la que se desprenden dos moléculas de oxígeno y seis de hidrógeno, mismas que sirven ya como combustible.

“Al principio no fue fácil porque en la electrólisis la orina no se comporta como el agua, ya que contiene sales y solidos orgánicos que se adhieren a los electrodos de la celda y dificultan llevar a cabo el proceso. La orina es un electrolito natural, tiene compuestos orgánicos, y en ello radica la diferencia.

“Entonces, lo que se hace es limpiar la orina antes de usarla a fin de quitar los sedimentos y aprovecharla de esta forma”, detalla el científico mexicano que también es asesor del ICAT de la Universidad de Selçuk, en Turquía.

Después de sinfín de pruebas con las celdas para lograr hidrógeno del agua, se hicieron las modificaciones convenientes y se logró el desarrollo deseado para el empleo de orina, de cual se obtuvo la patente en marzo de 2016.

El paso siguiente es que el desarrollo sea práctico, portable, del tamaño de una pequeña maleta para que se pueda transportar y adaptar a otras necesidades diferentes a las del hogar. El doctor Luna Sandoval refiere que el equipo científico que él encabeza en la UES trabaja en el prototipo abastecer de combustible a un auto, pero ello llevará más tiempo. “Tenemos en construcción una celda pero no con electrodos de acero inoxidable sino con otro material más costoso, el cual requiere todavía más pruebas”, puntualiza el especialista.

Si bien la creación ha dado pie a que diversos empresarios muestren su interés en establecer vínculos comerciales con el científico mexicano, él mismo no descarta la posibilidad de echar a andar una spin off, es decir, una empresa propia en la que también haya ganancias para la universidad sonorense.

Finalmente, el doctor Luna Sandoval comparte su experiencia en el foro Innovation Match, realizado en Guadalajara en abril de 2016, evento organizado por el Centro Kappa de Conocimiento S. C.

“He tenido la oportunidad de ver eventos similares fuera del país y no lo concebía para México. Pero ver que se hizo realidad, con el intercambio de información entre los jóvenes participantes, los vínculos que se hicieron y el trato muy valioso a los investigadores augura que los próximos eventos serán un éxito garantizado”.

Referencia:

  • https://invdes.com.mx/agencia-id/patenta-mexicano-dispositivo-que-transforma-orina-en-combustible/?fbclid=IwAR3hcwlrUbXbWeAOpYdWMxClFZ8gUXcSym4gSDHytlAQpvS3KFlwa9KxhjA

 

Las futuras variantes de COVID-19 serán más contagiosas, según la OMS

Las futuras variantes de COVID-19 serán más contagiosas, según la OMS

CNBC informa que los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren que las futuras variantes del coronavirus serán tan infecciosas como Ómicron, o incluso más transmisibles.

Si serán más o menos mortales aún está por ver.

Según la cadena CNBC, casi 21 millones de nuevos casos de COVID-19 fueron reportados a la OMS en la última semana.

Aunque, hasta ahora, Ómicron ha sido menos virulenta que las cepas anteriores, los funcionarios de la OMS dicen que la afluencia de nuevos casos ha tenido un impacto devastador en los hospitales de todo el mundo.

“La próxima variante que nos preocupe estará más preparada, y lo que queremos decir con esto es que será más transmisible, porque tendrá que superar lo que circula actualmente”, afirma Maria Van Kerkhove, directora técnica de COVID-19 en la OMS a través de CNBC.

“La gran pregunta es si las futuras variantes serán o no más o menos severas”, continúa Maria Van Kerkhove, directora técnica de COVID-19 en la OMS a través de CNBC.

El coronavirus no es más leve ahora

Los responsables de la OMS advierten contra el hecho de aceptar la teoría de que la COVID-19 está mutando en cepas más leves.

“Esperamos que ese sea el caso, pero no hay garantía de esto y no podemos confiar en ello”, explica Maria Van Kerkhove, directora técnica de COVID-19 en la OMS a través de CNBC.

Un estudio de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido encontró que las dosis de refuerzo de las vacunas contra el coronavirus son casi un 75% más efectivas para prevenir las infecciones sintomáticas de Ómicron.

El estudio también concluyó que después de diez semanas, la protección de una dosis de refuerzo disminuye drásticamente, cayendo a alrededor del 45% de la eficiencia.

Referencia:

https://www.muyinteresante.es/salud/video/las-futuras-variantes-de-covid-19-seran-mas-contagiosas-segun-la-oms-451643275256